
La vacuna funciona al estimular el sistema inmunológico del cuerpo para que produzca anticuerpos contra una enfermedad específica. De esta forma ayudan a prevenir la infección o, si se producen, a reducir su gravedad y duración. Cuando se vacuna una cantidad suficiente de personas en una población, se puede lograr la inmunidad colectiva o de grupo, lo que significa que la enfermedad no puede propagarse fácilmente y se protege a los individuos no vacunados.
La vacunación es importante tanto para la salud individual como para la salud pública. Protege a los individuos de enfermedades graves y posiblemente mortales y puede evitar costos financieros significativos asociados con el tratamiento y la atención médica de las enfermedades. Además, la vacunación ayuda a proteger a las personas más vulnerables, como los niños pequeños, los ancianos y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados.
En resumen, las vacunas son una herramienta esencial para la prevención de enfermedades infecciosas y para la protección de la salud individual y pública. Su importancia radica en la capacidad de prevenir enfermedades graves, proteger a las poblaciones vulnerables y contribuir a la erradicación de enfermedades.


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